"¿ Habrá acto más desesperado que una fiesta? El ritual del alcohol, danza y exceso, en el cual son tan duchos los mortales, está contaminado de muerte, de su conciencia perturbadora, del deseo de abolirla en un frenético ademán colectivo. Se celebra y ser ríe por contagio, jamás por lucidez o por sabia elección. Una fiesta es un alboroto de monos sobre el abismo, una carrera de espaldas frente al hocico húmedo de la muerte que nos sacará tarde o temprano del sueño.El que festeja corre y huye del final que lo espera; y, aunque lo ignore, llora. Pero si la fiesta conserva ese magnetismo inaudito entre los hombres es porque, a pesar de todo, en su remolino violento el hombre se libera, cuerpo y alma, con una pizca de absoluto: en ese instante la carcajada y el sollozo copulan. Son el trampolín que promueve la ilusión de estar saltando fuera de los límites de la vida y fuera del mundo, deslastrado de la idea de la muerte."

Este texto que describe perfectamente como somos y como vivimos HOY en Venezuela, fue escrito entre 1976 y 1978 por el Editor Ben Amí Fihman en sus cuadernos de la Gula, en una época donde se podía encontrar rincones de civilización entre nosotros, tanto en los espacios públicos como en los lugares de encuentro mas privados. La manera tan precisa como describe el profundo grado tribal en que hemos vivido, la sociedad como un acto de evasión constante, de poco pensamiento y de NO reflexión nos da una idea de nuestra verdadera identidad a la hora de actuar en manada, alimentando un goce constante frente a la insensibilidad social ante la muerte de los otros y la propia .

La individuación no existe, el pensamiento y la postura personal se esconden en un confort de silencios individuales y ruidos colectivos que invitan a la autodestrucción constante y a la fiesta … ¿Es posible celebrar un 11 de Abril en Venezuela? ¿Sea cual sea el bando que llore a sus muertos?La morgue y el dolor no tienen posturas políticas, a la hora de visualizar la perdida del ser amado, sea un civil o un soldado.

Hay fechas que evocan lo mas profundo del ser, los duelos mas dolorosos y las perdidas colectivas de ese país que anhelamos y desapareció un día ... en plena fiesta.

Después de navegar la obra de un artista o escritor que se admira, siempre me ha inquietado tener que llegar a conocer a la persona, me refiero a ir mas allá del trabajo público y entrar en el plano de la grandeza o la miseria personal de cada elemento.

No se, cosas mías, debe ser por sentir un gran miedo a la desilusión y terminar apartando los libros por causa del exceso de narcisismo que pueda acarrear la personalidad del caso, aunque confieso que he tenido grandes sorpresas en algunos encuentros con personalidades que no solo complementan la admiración por la obra, sino que supera los requerimientos como seres humanos.

Hace algunos meses me tope con la noticia de la publicación del Diario intimo de Susan Sontag , la gran intelectual neoyorquina que murió en el 2004 a los 72 años, y que siempre dio fe de su pasión vital por el libre pensamiento. Cualquier persona que lea las anotaciones del diario personal, tiene la impresión de que dedicaba mucho tiempo libre a decodificarse en su mundo interior. Sontag escribió en hojas para taquigrafía, en cuadernos con espiral, en libros y hasta en papelitos sueltos, todo este material fue recopilado y publicado en un diario con la autorización y supervisión de su hijo.

Un diario es un mapa de vida, y ahí se establece un puzzle de pequeños pensamientos dejados entre eventos del día a día, como pausas para encontrarse con el monologo interior.

Así son estas lineas, sorpresivas en su mayoría y llenas de cuestionamientos hacia el acto creador, íntimas, emotivas, sarcásticas y profundamente conmovedoras. Solo resta zambullirse, a solas y pasear por algunos fragmentos de la vida de esta maravillosa mujer que llena de ambivalencias supo transitar entre lo establecido y la vanguardia bohemia, entre la maternidad y la homosexualidad, entre el libre pensamiento y la lucha por cambiar los roles de una sociedad machista. También es interesante saber que el sentido del humor esta muy presente en sus páginas y en el ejercicio de tratar de entenderse a si misma.

- 29 de Diciembre de 1958, París

St. Germain des Prés. La rutina del café. Después del trabajo, o cuando uno quiere escribir o pintar, se va a un café en busca de sus conocidos. Preferentemente con cita previa... Hay que ir a varios cafés, el promedio es cuatro en una noche. También, en Nueva York tenemos la comedia compartida de ser judío. En esta bohemia, en cambio, eso falta. No tan heimlich. En Greenwich Village, los italianos —el telón de fondo proletario contra el que los judíos desarraigados y los provincianos ponen en escena su virtuosismo intelectual y sexual— son pintorescos pero inofensivos. Aquí, merodean árabes turbulentos.

- 30 de Diciembre

Mi relación con Harriet me perturba. Quiero ser espontánea, irreflexiva, pero la sombra de sus expectativas sobre lo que es tener un affair me desequilibra, me hace actuar con torpeza. Ella con sus insatisfacciones románticas, yo con mis románticas necesidades y nostalgias... Un regalo inesperado: es hermosa. Yo no la recordaba hermosa, sino más bien corpulenta y fea. No lo es, en absoluto. Y para mí, la belleza física es enormemente, casi mórbidamente, importante.

- 31 de Diciembre

Escribir un diario. Es superficial entender el diario íntimo apenas como receptáculo de los pensamientos privados, secretos, algo así como un confidente sordo, mudo y analfabeto. Escribiendo el diario no solamente me expreso más abiertamente que con cualquier persona, sino que me creo a mí misma.

Nadie me impide ser una escritora, excepto la pereza. Una buena escritora.

¿Por qué escribir es importante? Principalmente por vanidad, supongo. Porque quiero ser esa persona, una escritora, y no porque haya algo que yo deba decir. Y sin embargo ¿por qué no habría de ser así? Con un pequeño fortalecimiento de mi ego —como el fait accompli que este diario brinda— lograré llegar a confiar en que yo (Yo) tengo algo que decir, algo que debe ser dicho.

Mi "Yo" es débil, cauteloso, demasiado cuerdo. Los buenos escritores son egotistas formidables, hasta el punto de llegar a la fatuidad. Los hombres sensatos, críticos, los corrigen; pero su sensatez es parasitaria de la fatuidad creativa del genio.

- 2 de Enero, 7,30 hs.

Mi pobrecito ego, ¿cómo te sentiste hoy? Me temo que no muy bien; algo magullado, lastimado, traumatizado. Oleadas calientes de vergüenza, todo eso. Yo nunca me hice ilusiones de que ella estuviera enamorada de mí, pero di por sentado que yo le gustaba.

- 28 de Febrero

Escuché a Simone de Beauvoir hablar sobre la novela, anoche en la Sorbona (con (la periodista Irv) Jaffe). Es delgada y tensa, tiene pelo negro y es bien parecida para su edad, pero su voz es desagradable, me parece que es por el timbre demasiado alto y por la nerviosa velocidad con que habla. Temprano por la noche leí Reflejos en un ojo dorado, de Carson McCullers. Pulida, realmente económica y "bien escrita", pero a mí no me gusta la motivación por apatía, catatonia, empatía animal... (¡En una novela, por supuesto!)

- Nov. 19

El advenimiento del orgasmo cambió mi vida. Me he liberado, pero esa no es la mejor manera de decirlo. Lo más importante: me limitó, clausuró posibilidades, hizo que las alternativas fueran claras y duras. Ya no soy ilimitada, es decir, nada.

La sexualidad es el paradigma. Antes, mi sexualidad era horizontal, una línea infinita, capaz de subdividirse infinitamente. Ahora es vertical; hacia arriba, o nada.

El orgasmo concentra. Deseo escribir. El advenimiento del orgasmo no es la salvación sino mucho más; es el nacimiento de mi ego. No puedo escribir hasta que encuentre mi ego. Yo sólo podría ser un tipo de escritor: el tipo del escritor que se expone. Escribir es gastarse, es apostarse. Pero hasta ahora ni siquiera me gustaba el sonido de mi propio nombre. Para escribir, debo amar mi nombre. El escritor está enamorado de sí mismo... y construye sus libros a partir de ese encuentro y de esa violencia.

- Dic. 24

Mi deseo de escribir está conectado con mi homosexualidad. Necesito la identidad como un arma, para igualar el arma que la sociedad tiene contra mí. Eso no justifica mi homosexualidad. Pero me daría —lo siento— una licencia.

Ser rara me hace sentir más vulnerable

- Dic. 28

Hasta ahora yo había creído que las únicas personas que podía conocer en profundidad, o realmente amar, eran versiones o duplicados de mi propio nefasto yo. (Mis sentimientos intelectuales y sexuales siempre fueron incestuosos.) Pero ahora sé, y amo a alguien que no es como yo —por ejemplo, no es judía, no tiene el tipo de la intelectual neoyorkina— y no por ello con falta de intimidad. Siempre tengo conciencia de la condición de extranjera de I, de la falta de una experiencia compartida; y lo experimento como un gran alivio.

Agosto 14

NO DEBERA TRATAR DE HACER EL AMOR CUANDO ESTOY CANSADA. SIEMPRE DEBO SABER CUANDO ESTOY CANSADA. PERO NO LO SE. ME MIENTO A MI MISMA.

NO CONOZCO MIS VERDADEROS SENTIMIENTOS. (¿Todavía?)

- 9 de Dic. de 1961

El miedo a envejecer nace del reconocimiento de que uno no está viviendo la vida que desea. Es equivalente a la sensación de estar usando mal el presente.

- (sin fecha)

Escribo para definirme —un acto de autocreación — parte del proceso de llegar a ser — en un diálogo conmigo misma, con escritores que admiro, vivos y muertos, con lectores ideales

- 1º de Junio

Una de mis emociones más fuertes y más cabalmente empleadas: el desprecio. Desprecio por los otros, desprecio por mí misma.

Soy impaciente (y desdeñosa) frente a las personas que no saben cómo protegerse, como defenderse. Mi mente = King Kong. Es agresiva, rompo todo en pedazos. Yo lo mantengo encerrado la mayor parte del tiempo; y me muerdo las uñas.

- 6 de Abril de 1967

Sartre era muy feo, y lo sabía. Por lo tanto, no tuvo que desarrollar su "schmuck" para compensar a los otros por ser "el genio". La Naturaleza se había ocupado de ese problema en su lugar. No tuvo que inventar una causa para el fracaso o para el rechazo de los otros. Como yo, que me hice "estúpida" en mis relaciones personales. ("Estúpida" puede leerse también como "ciega")

La mirada de Herta Müller es una vasta geografía interior, al ver su rostro, sabemos que a esos profundos ojos azules no se les escapa nada, ni un mínimo detalle aun en medio de la más trágica balacera rumana.

Esta mujer Premio Nobel de Literatura describe con minuciosidad y detalles, concretas imágenes que al leerlas se convierten en metáforas y se van transformando más allá de su significado real.

Desde que salio de su anonimato como escritora a ser traducida por todo el planeta, me interese por encontrar su trabajo y mucho más después de escuchar sus palabras en el recibimiento del premio en la formalidad de Oslo.

Cito textualmente:

“Cada palabra sabe algo sobre el círculo vicioso

¿TIENES UN PAÑUELO?

me preguntaba mi madre cada mañana en la puerta de casa, antes de que yo saliera a la calle. Yo no tenía el pañuelo, y como no lo tenía, regresaba a la habitación y sacaba un pañuelo. No tenía el pañuelo cada mañana, porque cada mañana aguardaba la pregunta. El pañuelo era la prueba de que mi madre me protegía por la mañana. A otras horas del día, más tarde o en otras circunstancias, quedaba a merced de mí misma. La pregunta ¿TIENES UN PAÑUELO? era una ternura indirecta. Una directa hubiera sido penosa, algo que no existía entre los campesinos. El amor se disfrazaba de pregunta. Sólo así podía decirse a secas, en tono de orden, como las maniobras del trabajo. El hecho de que la voz fuera áspera realzaba incluso la ternura. Cada mañana estaba yo una vez sin pañuelo en la puerta, y una segunda vez con pañuelo. Sólo después salía a la calle, como si con el pañuelo también estuviera mi madre.”

Hojeando páginas me doy cuenta que la observación es el arma fundamental de todo escritor, pero en el caso de Müller, llama la atención la manera como combina los elementos mas trágicos de sus vivencias personales con la más sublime de las sutilezas humanas, se detiene a describir objetos dándole una nueva dimensión sobre la hoja, un habito que parece haber archivado desde su mirada de niña salvaje.

El lenguaje se vuelve hipnótico por la manera como ella organiza las escenas, te atrapa en cada paso y te hace transitar en el verbo por una realidad sórdida, cruel y primaria, donde la desesperanza se recrea en la obsesiva contemplación de lo ínfimo y lo abyecto.

Los cuatro libros : En tierras bajas (1990-2007), El hombre es un gran Faisán en el mundo (1992-2007), La piel del zorro (2009) y La bestia del corazón (2009), forman una columna vertebral que termina en un grito, en lo particular me dio curiosidad ver que casi todas las ediciones vienen con solapas negras , casi un preaviso a la denuncia mortuoria a la que nos estamos adentrando como lectores.

Se puede sobrevivir al enorme maltrato de una dictadura y seguir siendo sensible?

Pareciera que si, y no solo eso, sino que nos demuestra que la sensibilidad y la valentía de llamar las cosas por su nombre , es la mayor de las denuncias frente al silencio cómplice. Contar mas allá de lo aparente, lo que nadie ve o todos omiten por temores a ser castigados, narrar los acontecimientos ocurridos en el mundo del atropello, y como las sociedades son capaces de excavar su propia tumba a través de la supresión y de las privaciones morales y materiales.

Conocer la obra de Müller, ha sido la mejor de las ventanas para el mundo, para salir a mirar objetos compartidos y temores que se repiten aun en los mas lejanos paisajes, para saber que la amenaza totalitaria nos puede caer a todos en cualquier momento y que la resistencia colectiva es lo que hay que tener para que no destruyan nuestra individualidad.

son cuatro joyas creadas por una mujer brillante y sufrida, que decidió no perder su dignidad frente a la dictadura de Cousesco en Rumania,

, y como dice Angela Merkel

“ Precisamente ahora, 20 años tras la caída del muro de Berlín, es una señal maravillosa que se honre con el Nobel a una escritora que ha vivido esta experiencia en carne propia”

Al regresar del Foro Internacional de Caricaturistas por la Paz y la Libertad de Opinión, que tuvo lugar en Bogotá, me di cuenta de varias cosas: primero, de la importancia que tiene la opinión libre y certera en todas las gamas de la sociedad democrática, y segundo, el no sentir que puede haber retaliaciones en el ejercicio del derecho a opinar libremente sea cual sea la postura que uno sostenga como ciudadano.

Las sociedades están para ser plurales y la prensa, para dejar entrar en sus páginas de opinión las extensas discusiones de la diversidad de ideas que forman un país.

El caricaturista sabe que la paz es donde cabemos todos, y es por eso que al luchar contra la intolerancia usando imágenes y develando ideas, se hace incómodo frente al poder (cualquier poder), no hace concesiones ni tiene vacas sagradas. La caricatura es la piedra en el zapato de los malos gobiernos, el recordatorio de sus bajezas cotidianas y en este oficio si sabes hacer reír inteligentemente puedes ser más movilizador en el tratamiento de los temas que forman la conciencia pública.

En nuestro país, el libre desenvolvimiento de este oficio se ha vuelto cada día más difícil y está amenazado no solo por los intereses políticos totalitarios, sino también por aquellos reyezuelos con poder económico que pretenden modular el periodismo según sus ópticas particulares

El periodista, al igual que el caricaturista, vive de su credibilidad, de su honestidad como profesional, independientemente de la línea editorial establecida en el medio donde trabaja. La libre opinión debe ser autonoma de los intereses de los empresarios de medios. La conciencia y responsabilidad de nuestro trabajo no puede venderse a ningún precio y bajo ninguna circunstancia.

Hoy muchos empresarios han cedido a presiones gubernamentales por razones que sólo a ellos corresponde explicar y que todos quisiéramos conocer, dejando a muchos periodistas cesantes, o incluyéndolos en el paquete de intercambio comercial tácito entre gobierno y empresa. Hoy lo que tenemos son nuevas casillas de silencio cómplice o lo que es peor, una serie de programas de entretenimiento fácil como blindaje ante la reflexión frente a los atropellos de un gobierno que insiste en repetir fórmulas totalitarias que la sociedad entera repudia.

Esto es inaceptable para la profesión.

El periodismo de opinión es responsabilidad, es análisis, es un modo de pensar de acuerdo a la experiencia diaria para crear conciencia del presente. El periodista está comprometido con tres lealtades: 1). Con el lector, que es su objetivo inmediato, 2) con los hechos de la vida real, y 3) con su plena conciencia. Si pierde una sola de éstas, las pierde todas.

¿Puede tener más miedo un periodista frente a un gobierno totalitario que a llegar a perderlo todo frente al lector?

El miedo es libre, pero el oficio es un largo compromiso con uno mismo, como bien dice la Premio Nobel Herta Müller en La bestia del Corazón, un libro sobre sus vivencias personales bajo el régimen del dictador Ceausescu en Rumania, y cito textualmente: “Con las palabras en la boca aplastamos tantas cosas como con los pies sobre la hierba. Pero también con el silencio”.

El miedo se ha apoderado en gran parte del oficio de la comunicación en Venezuela. Para generar posturas hay que ser valientes y ya esa premisa nos muestra lo grave de nuestra situación. En Venezuela existe un código penal que prohíbe hacer humor con los símbolos patrios, lo cual se ha hecho por años en el cuestionamiento de las identidades nacionales de países que viven en verdaderas democracias. El himno, el escudo, la bandera, han sido irrespetados, pero no por los ilustradores y caricaturistas, sino por los que nos gobiernan. Lo sagrado no son los tres colores, sino lo que ellos representan en la gran gama cromática de la libertad universal. Hacer una caricatura del Presidente puede ser castigado según el código penal actual, pero los caricaturistas seguimos trabajando a sabiendas de que la viñeta siempre es una representación mas dócil que la realidad, a propio riesgo, con la valentía de saber que el dibujo puede ser condenado por una ley que equipara la pena de cárcel de un ilustrador con ojo critico con la pena máxima para un asesino. Esto me da más valor y me compromete más con el trabajo de la caricatura día a día.

A veces ¿me pregunto si estamos gobernados por un Mahoma? .Ya que no se le puede dibujar y sobrepasar estos límites implica un enorme riesgo.

La censura como virus para agradar al gran Dios y su difusión en los últimos años no me preocupan, porque siempre los gobiernos con vocación totalitaria encuentran maneras de ejercer el control social, ya sea por la vía del miedo o la desesperanza.

El periodista García Márquez, quien ha escrito tantas cuartillas sobre su oficio, tiene una bella metáfora de la libertad de expresión y cito textual: “La salud no es el silencio de los órganos”.

Bajo esta realidad que vivimos hoy, ejercer el silencio es la muerte, y en este caso la verdadera enfermedad, o su síntoma, viene a ser la autocensura a la que muchos espacios mediáticos y colegas ya se han plegado.

Nunca vi, en mi tránsito por la escuela de periodismo de la Universidad Central, una materia que involucrara el silencio. Por el contrario todas las cátedras de comunicación están llenas de ejercicios para el desarrollo de la conciencia humana y su expresión , El periodista se forma para ser un defensor de los valores :la libertad, la justicia, la igualdad. Y ese destino no lo decide ningún dueño de medio que desee mejorar sus ganancias, ni tampoco un gobierno autócrata, sino el mismo periodista a solas con su conciencia.

Es aquí donde debemos sentarnos a pensar y es a ustedes, mis colegas, a los que me dirijo.

¿Hacia dónde vamos como profesionales? Más allá de una cuestión de sindicatos o gremios, es una pregunta individual que cada uno debe formularse en la intimidad de su conciencia. Podemos discutir y visualizar con lupa cómo se está mellando la estructura que sostiene el libre ejercicio de la comunicación por la voluntad de un gobierno generador de monopolios mediáticos y pensamiento único, pero lo que debemos reflexionar es cómo están entrando el miedo y la represión en el análisis de cada cuartilla y en la crítica responsable y en el diálogo permanente que tenemos que ofrecerle a la sociedad.

Espero que mi editor no se sienta comprometido con estas palabras, ya que siempre me he sentido absolutamente libre de opinar en este diario. Mi trabajo en la caricatura sólo mira al papel en blanco y trata de llenar con ideas las reflexiones y las preguntas que nos hacemos como venezolanos en este mundo bizarro que nos tocó vivir. La palabra y la imagen se complementan en ese ejercicio, y aun siendo antagónicas algunas veces logran negociar su llegada a la página y su salida de la conciencia creativa . La caricatura es un modo de denunciar lo que no se está haciendo bien, y hacer caricaturas como propaganda para un gobierno es perder el sentido ancestral de este oficio así como la dignidad personal.

Como me dijo ahora en Bogota el caricaturista Kichka, residenciado en Israel y sometido a los avatares de tener que hacer caricaturas en un país con tantas tensiones políticas y religiosas, “la libertad de expresión es hacer correr mucha tinta , no sangre”

Me hubiera gustado describirles este libro como una ficción, de ésas donde cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, pero NO..la realidad nos aplasta, y el monstruo de tres cabezas cada día abolla más la nave país.

Así su zarpazo destructor llega a la orilla de nuestras sensibilidades creativas y a la responsabilidad ociosa del caricaturista de estar escarbando en el caos absurdo de nuestros dirigentes políticos, y en los efectos alternos que sus extrañas decisiones producen en nuestra sociedades tribales y tropicalizada.

Muchas preguntas absurdas, llenan completamente estas páginas, las taladran.. y producen cierto picor en el escenario,

Los personajes no fueron inventados; existen y dan ordenes, alimentan el caos con sus carcajadas ante el pueblo y nos dan más trabajo a diario del que podemos procesar.

Un Anuario es un resumen, es mirar atrás, es el recuerdo de lo vivido y lo sufrido, en un tiempo que se anexa a la historia, pero en medio de la risa, nos compromete a la reflexión, al saber por dónde estamos pasando como sociedad y cuánto nos falta para llegar al final del tunel…o quedarnos accidentados de por vida en el Boquerón uno…

Escribir un libro no es tarea fácil, y dibujarlo menos, es por eso que voy de la mano mes a mes con una invitada de lujo como lo es la periodista Elizabeth Fuentes, ya que el humor es cosa seria me sumerjo entre sus textos y mis dibujos para que gocen una bolondrona en este binomio de locos, en mitad de esta ensalada de momentos increíbles que hemos experimentado día a día todos los venezolanos…

Aunque usted, no lo crea….

Rayma